Es muy importante la capacidad de Bernini para convertir el frío mármol en pura carnosidad. Las manos de Plutón se hunden en la carne de Proserpina, creando efectos de gran sensualidad y erotismo. Esta escultura representa un asunto procedente de la mitología. Representa a Proserpina siendo raptada por Plutón, dios de los infiernos. A partir de este mito trata el tema de la violencia siguiendo los modelos de la escultura helenística. El poderoso cuerpo del dios, el de un varón maduro, se encamina hacia delante y el juvenil y femenino cuerpo de Prosérpina no pisa el suelo pero tiende hacia atrás sus brazos, pidiendo ayuda con uno y rechazando la cabeza del dios con el otro.
El mito es un vehículo excelente para la lección moral; oponiendo la brutalidad de Plutón a la belleza de Proserpina, se confronta el vicio con la virtud. Se expresan los diferentes comportamientos psicológicos de los personajes, representando los estados del alma, que resultan ser uno de los elementos más característicos de la escultura barroca.
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