martes, 24 de mayo de 2011

La Corona de Castilla ( siglos XIII-XV ).

La unión de la corona castellana.
Fernando I, el primer rey de Castilla, unió su reino al de León en el año 1038. A su muerte, el reino volvió a dividirse de nuevo por cuestiones de herencia.
La reunificación de ambos reinos se realizó en el año 1230 con el rey Fernando III. A partir de este momento, los reinos de León y Castilla se mantuvieron definitivamente unidos. 
A Fernando III le sucedió su hijo primogénito, Alfonso X el Sabio, que fue un monarca muy brillante en el aspecto cultural y dictó el primer gran código de leyes castellanas, Las Siete partidas.
La Gran expansión del siglo XIII.
Durante muchos años el reino de Castilla y León se enfrentó a los almohades por las tierras situadas entre el río Tajo y Sierra Morena. La victoria definitiva tuvo lugar en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.
El reino de Portugal terminó la Conquista de su actual territorio con la ocupación de Faro en 1249.
Las instituciones de gobierno.
Se basaban en tres instituciones: la monarquía, las Cortes y los municipios.
·Monarquía: Los monarcas medievales ejercían un poder supremo y podían declarar la guerra, convocar al ejército, dictar leyes, impartir justicia y acuñar moneda. A su alrededor estaba una corte de consejeros llamada Consejo Real. Existía una Curia (tribunal de justicia), una Cancillería (administración) y una Tesorería (finanzas).
·Cortes: Fueron un órgano con funciones consultivas, que nunca tuvo capacidad para hacer leyes.
· Municipios: Disfrutaban de una cierta autonomía y jurisdicción propias. Surgió la figura del corregidor, representante del poder real y las ciudades.
Economía y sociedad en el reino de Castilla.
Se dedicaban al cultivo de cereales  y de productos para la exportación. Pero la base de la economía era la ganadería ovina, que producía mucha lana de gran calidad, destinada a la exportación. esta ganadería pertenecía fundamentalmente a la nobleza castellana que fundo el Concejo de la Mesta.
* Las rutas de lana.
Solo una pequeña parte de la lana producida en Castilla se quedaba en el reino para los tejedores de sus ciudades. La mayor parte se exportaba a las ciudades textiles de los Países Bajos, sobre todo a Brujas, donde se hilaba, se tejía y se confeccionaba. El comercio de la lana se concentraba en Burgos, y desde allí se transportaba a los puertos del mar Cantábrico para dirigirse hacia Flandes por vía marítima.

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