viernes, 29 de abril de 2011

Carlos I.

Carlos I de España y V de Alemania nació el 25 de Febrero del 1500 en gante ( Bélgica ), hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca.
Ya desde su nacimiento empezó a acumular títulos, el primero lo consiguió nada más ser bautizado, el de duque de Luxemburgo. Nueve años más tarde se le asignó un preceptor que indudablemente tuvo una ascedencia negativa sobre el infante, Guillermo de Croy, señor de Chièvres.
Este personaje le inculcó los juegos de destreza y de guerra, justo los juegos que más le gustaban al niño, desatendiendo, quizás por incapacidad, la cultura, excepto la lectura de libros de caballerías.
El 5 de enero de 1515 es nombrado duque de Borgoña, regentando desde este mismo momento los Países Bajos. Al año siguiente su abuelo Fernando de Aragón le nombra sucesor a la regencia de Castilla y Aragón.
El príncipe Carlos fue, desde su más tierna infancia educado en el ambiente borgoñón, desatendiendo los consejos de su abuelo Fernando de Aragón. Por el contrario su hermano Fernando lo fue en la ruda Castilla.
Esta diferencia de educación fue crucial para la decisión, de parte de la nobleza, de tomarlo como heredero y volver a las andanzas nobiliarias de recibir mercedes del rey de turno.
Como se puede ver en estas páginas, el desarrollo fue bastabte diplomático, rehusando el uso de las armas. Una vez Carlos accedió al trono el 14 de marzo de 1516 se hizo urgente su presencia en España. Así haría el 19 de septiembre de 1517.
El 23 de enero de 1516 muere Fernando el Católico y en su testamento obligó a su nieto Carlos I a cuidar y honrar a su abuelastra, es decir, a Germana de Foix, de sólo 28 años de edad comparados con los 16 del nieto.
Ambos se conocieron en noviembre de 1517 cerca de Valladolid. Sus casas eran colindantes y el Emperador hizo contruir una puerta de acceso entre ambas sin necesidad de salir a la calle.
A Carlos no le costó trabajo amoldarse a la hermosa y joven viuda, se sabe que tuvieron una hija, nunca reconocida en vida de los amantes, hasta el testamento de Germana de Foix en 1536; su nombre era el de Isabel de Castilla.
Su presencia y, sobre todo, sus edictos le hicieron famoso rápidamente. Algunos nobles le hicieron frente en la llamada Guerra de las Comunidades y en la zona mediterránea, las Germanías.
Las sublevaciones las eliminó rápidamente, sobre todo con las propia ayuda del típico español, envidioso, inconstante e individualista.
Carlos es proclamado Emperador el 28 de junio de 1519. En estos años, hay que recordar, los turcos, el Islam, tomarían Belgrado (1521) y Hungría (1526). La Cristiandad estaba amenazada.
Otra de las batallas a las que se enfrentó nuestro rey es a la división religiosa debido a Lutero. Este fraile romió con la Iglesia e inflamaba los espíritus religiosos hasta el punto de que se convoca a Lutero a la llamada Dieta de Worms, en 1521) en ella Lutero sale mal parado, pero vivo. Le protegió Federico de Sajonia. El fraile siguió con sus teorías.
Carlos I persiguió a los protestantes hasta su último reducto, Mühlberg, territorio de Federico de Sajonia. La batalla fue para el bando carlista. Al final la división era un hecho y Carlos I y el papado se enesmitaron con bastante rapidez.
Este hecho fue decisivo para la vida de Carlos I. El peligro de guerra con Roma le impulsó a tratar más con España.
Alemania cada vez veía con peores ojos a Carlos. Incluso pensaban que sentía más aquiescencia por España que por su propia patria (hay que saber que Carlos I no era alemán, ni siquiera hablaba el alemán).
Solimán el Magnífico cada año tenía mas posesiones en Europa y con la ayuda de Francia y los berberiscos campaban a sus anchas por el Mediterráneo son el silencio de las naciones europeas.
Carlos I puso coto a estas andanzas con las batallas de Túnez (1535) y Argel (1541) con diferente signo.
Pero otra molestia atenazaría al emperador, la siempre inamistosa Francia. Tras continuas batallas se llegó al tratado de Cambrray (1529) que impuso la paz.
Al mismo tiempo Carlos I tuvo que invadir Roma tras las claras muestras militaristas por parte del papa Clemente VII. Debido a la temprana muerte del jefe militar, los soldados se dedicaron al saqueo, violaciones, robo de reliquias... El papa huyó. El saqueo duró un año y tras su retirada Clemente VII volvió a su asiento papal a finales de 1528. El emperador quedó absortó en su perplejidad cuando se enteró de los desmanes en Roma.
En sus continuas idas y venidas por sus reinos Carlos delegó la regencia a diferentes personas de su influencia: el cardenal Adriano (futuro papa Adriano VI), más tarde reforzado con dos nobles españoles, por la su mujer, Isabel de Avis y por su hijo Felipe (futuro Felipe II) y en Aragón por virreyes.
El emperador empieza su declive. En el año 1554 renuncia, a favor de su hijo Felipe (futuro Felipe II) los territorios de Nápoles y Milán. En 1555 Borgoña y los Países Bajos. En 1556 cede los territorios de España.
El 3 de febrero de 1557 Carlos I entra en el Monasterio de Yuste (Cáceres). Tiene para sí, en su casa, cincuenta y un ayudantes. Su residencia ha sido ayudada a construir por fray Antonio de Villavastín y allí entabló amistad con otro arquitecto, Juan de Herrera, ambos construirán, junto a otros, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid)
Tras unas semanas con dolores insufribles por su gota y el paludismo recientemente añadido a sus males, Carlos I muere el 21 de septiembre de 1558 en el Monasterio de Yuste (Cáceres).

Imperio de Carlos I.
Sus restos descansan en el Monasterio de El Escorial (Madrid).


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